MONTPELLIER
He estado cinco largos y espesos días en Montpellier; la ciudad de las lunas de miel, y he de confesar que de aquella dulzura de antaño solo queda anclado en sus rincones más escondidos y celosos, un leve recuerdo agrio de añoranzas pasadas y olvidadas. Ahora sí es verdad que hace honor, por merecimiento propio, a su nombre Monte Pelado, de ello se han encargado el tiempo y las malas artes devorando a diestro y a siniestro, y borrando con saña cualquier atisbo de bondad que pueda recorrer libremente sus calles y, sobre todo, los malos modos y costumbres malsanas de los dirigentes al fomentar el odio, la agresividad, y el poco entendimiento entre la gente y las cientos de Tribus que la habitan sin piedad... Es como estar en una isla perdida donde nadie sabe cuál es su país ni quiénes son sus paisanos... Esa Francia educada, risueña, culta y amable no existe más... Esta ciudad es un verdadero infierno donde el amor se guarda en los bolsillos, y solo se muestra de puertas para adentro por miedo a que aquello en público se convierta en un signo de debilidad... Y entonces, como ocurre en una selva, seas pasto del más fuerte y hambriento de los bichos...
Ojos siniestros deambulan por sus callejuelas impregnadas de sudor, humedad y cobardía ... Grupos de colores diversos, peinaos imposibles, lenguas inextensibles, y formas de pensar antagónicas, sin ganas de acercarse ni entenderse, y mucho menos mezclarse entre ellos.
No son ciudadanos de ningún lugar, sin embrago; la mayoría de ellos son Franceses nacidos, pero dentro de sus entrañas no poseen el mínimo amor a la tierra que les vio nacer. Como si la Francia fuese para ellos la peor de las Madrastras. Estos moribundos del siglo XXI son verdaderos rivales carniceros de un ring muy peligroso y endiablado, que va a saltar por los aires de un momento a otro....
La gente de buen proceder, que también las hay; andan escondidas y llenas de pavor, no se asoman a las ventanas para que la podredumbre no entre en sus alcobas. Y lo más grave es que utilizan restaurantes diferentes por miedo a contaminarse entre ellos... Y los recintos y teatros, festivales, ferias, parques y ocios que frecuentan unos no lo frecuentan otros jamás... Así que mi Hotel maravilloso con piscina, jacuzzi y baños termales era un refugio bien pensado para los turistas; como en mi caso, o los Franceses blancos que aún creen en el romanticismo arcaico, y que están más cerca de la Ultra derecha que de la Liberté, égalite y fraternité.
El teatro y el Festival, aplausos y amores de rosas en los pasillos, evidentemente es para los Franceses que vienen de afuera, o los inquilinos y gente culta de la propia villa con arraigo y dos pares de cohones, con muchas ansias de supervivencia y agarradas a un clavo ardiendo, para no salir flotando de un empujón por el Mediterráneo, sin rumbo, como náufragos a la deriva... Las calles para el populacho diverso, trapaceros, ladrones y mal hablados, un río sucio de amargura parecido a aquella Babel enloquecida, sátira y con ganas de sangre ...
Por la mañana pan de chocolate, por las noches veneno en las esquinas...
No amigos míos, así es imposible que unos seres humanos viajen cómodos sobre la faz de la tierra... Amaros los unos a los otros... jajajajaja una verdadera Utopia.
Antonio Canales
Volvio la Torre de Babel
ResponderEliminarSiiiiiii la confusión más tremenda mi amigo....
EliminarDios mio Antonio.... Que pena de Montpellier. Conoci una ciudad encantadora, bonita, romantica. Habia bellos jardines, donde me gustaba leer... Que estamos haciendo? Convertimos todo en basura. Hemos perdido el amor por el otro, el respeto, empatia. Esto me desmoraliza, hace algunos años que no he vuelto a Francia, tenia muchas ganas de hacerlo...pero me da miedo. Has drbido sufrir conociendo tu gran sendibilidad. Me entristece saber que aquello que ame y donde fui feliz...ya no es. Un abrazo muy grande mi niño.
ResponderEliminarSiiiii pero mi sufrimiento se vuelve amapola frágil y llena de un intenso color rojo. Y miró al cielo y me lleno de amor y de esperanza,,. Porque aún quiero creer en el ser Humano... Muchos besos y abrazos para reconfortar tu alma mi niña..
EliminarNo me extraña lo que cuentas Antonio, todo el sur de Francia se ha vuelto de ultra derecha, es el fief de los Lepenites, y eso pasa no solamente en Montpellier, imagínate que en París mismo, hay miles y miles de migrantes que duermen en campamentos indignos por cualquier ser humano, y hay una recrudescencia de sarna, en pleno París...., por supuesto escondidos esos campamentos, no se , el problema viene de Europa, y no sólo de Francia, como acoger dignamente esas familias, como aprender a vivir juntos, como destruir esos muros psychologicos que los políticos han construido usando del temor a lo desconocido ..
ResponderEliminarTampoco reconozco a esa Francia que no tiene nada de fraternal, vivir entre si, es algo que me da asco, mezclarse lo más posible en la mejor opción para mantener la cabeza en alta en ese mundo que se vueve cada día más ensimismado.
Vuelvo de Barcelona y como siempre que vuelvo de España estoy deprimida y más aún leyéndote, saber cómo has pasado eso días me entristece, quisiera , como hacemos con los niños, guardarte lejos de toda esa desolación, protegerte, nos da tanta alegría, tanta felicidad, que mereces un nido de amor, de belleza, de dulzura ..
Te quiero tanto Antonio
Un abrazo muy envolvente
No debemos perder las esperanza mi amiga... Aún hay sol en el cielo y sal en los esteros... Recibe todo mi cariño y calor del corazón...
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