LA SEDUCCIÓN

LA SEDUCCIÓN 

Hola: ángeles de mi corazón... Soy el cuenta cuentos de La Danza…

"EL BICHO Y LA SEDUCCIÓN "

Queridos amigos: de nuevo os escribe el bicho… Que no para de viajes, proyectos y cositas buenas. Y sí; soy un bicho, sí, pobre de mí, cómo puedo picar cuando algo se hace merecedor a mis ojos. En algunos puntos soy muy negro, y en el que más el de la seducción. Aquí puedo ser entrometido y devastador... Pero eso sí, yo no voy a matar como suelen ir todos los calenturientos, que a la postre son movidos por la impotencia erótica; /no es ese mi caso/ (conozco gentes que son especialistas en la materia y me puedo imaginar de que va el cuento, saber que a la hora de la verdad no pasa nada o bien poco porque todo se queda en el asedio. Siempre ha sido más difícil vivir la paz que la guerra, la felicidad que la desgracia. Y no digamos la dicha, pues esa ya es palabra de iniciados. 

Yo no seduzco a nadie si a mi vez no estoy seducido, y en rigor, esta no es la palabra que se ajusta a mi zapatilla de cristal. Yo cautivo, que es algo mucho mejor o peor pero no destruye sino que deja la gracia prendida. Y el “charme” nunca es destructor ni apresable, se queda flotando por ahí, embistiendo tan suavemente que el que lo recibe no sabría decir si se le preguntara qué le pasa, si vuela o se siente apresado.

He tenido buenos maestros en el arte de la seducción.

Pero en el amor, ahora si estoy seguro de que no se perdió –creo- en ese amante que desapareció. Lo que si me parece cierto es que no se puede amar a nadie si se puede odiar a alguien; aunque sea a una sola persona. 

En fin, el Don Juan (o doñas Juanas) no suelen ser buenos amantes, pues demasiado fuego llevan para poder templarlo. Y desde luego creo que están negados para ser amadores, para prendernos.

Dicen, los sabios, que las cosas no son a veces lo que muestran sino todo lo contrario. Yo más bien diría que se les tiene que dar la vuelta, que hay que hilar muy fino y entonces sí se revela el tejido, el destino en lo que vemos, se revela el disfraz. 

Las personas muy sensuales, por otro lado, como Virginia Woolf, suelen ser reacias a las nupcias. Por eso yo estoy soltero... ja ja ja..

En cualquier caso lo que más desearía en este mundo, es llegar a ser un maestro en el arte de la narración corta, como Orson Welles (Otro personaje a quien me hubiera encantado conocer, pues me parece de una seriedad a toda prueba, y de un divertente inagotable).

Tiene unos finales que te abandonan en la alfombra mágica, una elegancia y un rigor semejante a los versos de las sibilas, pronunciados en los antros proféticos.

Y aquí vamos a dejarnos tesoros míos, cantaritos de miel de romero. Sé que estaréis preparando viajes, horarios, encuentros, planes, y seguro que muchas cosas más.

Y hombre, es que sin eso no empieza nada, uno tiene que tender los lazos, no abandonarse al aire. Una obra de arte es una llamada, una puerta abierta, el imán que no se ve pero te arrastra. Después ya... uno es capaz de traspasar o no el umbral, de alcanzar el otro lado del espejo. Que es lo que yo tengo que hacer muchas veces más este año... ¿verdad?

Un día que yo estaba muy triste, alguien me dijo, “Si lo tienes todo”. “Ya lo sé”, le contesté, “pero me podrían dar un caramelito más?” “Sí, más caramelitos a ti...” con lo gordo que estas ya…Y me cogió la mano, pero no me tuvo que decir mucho más.

Y no se me agoten Querubinos, os lo dice un Serafíno...

Vuestro amigo y servidor 

Antonio Canales