BUHONERÍA

"BARRICADAS DE ARTE"..
Hola: ángeles de mi corazón... Soy el cuenta cuentos de La Danza…

Quiero compartir mis cosas y os cuento los últimos pensares y sentires que me Rondan...
"Divagaciones contra el destino, la buhonería y el acaso"
Algunos de los cuerpos son absolutamente opacos, únicamente son alumbrados para que podamos contemplar su carencia luminosa. El ejemplo más patente de esa falta de luz es la vieja que echa las suertes falseadas en “La buenaventura”... o los agoreros y falsos nigromantes, clérigos tonsurados... fétidos misacantanos, caudillos místicos, y políticos envenenados de todo orden y condición....
…Sus pieles están curtidas y resecas como las de una momia, son un auténtico pellejo viviente. Los suyos son ya cuerpos de la muerte, cera en descomposición. Sus vidas están llegando a su fin; es el cabo de la mecha lo que queda nada más, la corteza del pan.
Su piel les cuelga como una vela que se está derritiendo, consumiendo ante nuestros ojos. Van muy peripuestos, pero las ricas vestiduras sólo consiguen acentuar aún más su decrepitud: las manos hinchadas, los dientes roídos, unos ojos carentes de toda luz… Sus facciones se han deteriorado hasta no ser más que bultos y hendiduras, un conglomerado amorfo. Parecen auténticas monas más que seres humanos, piltrafas disfrazadas con abalorios múltiples que ya no pueden encubrir el desastre.
Sin llegar a este patético extremo, casi todos los personajes que consultan la quiromancia, conservan esta rigidez de estatua o comparsa, que encarnan a la perfección la cortesana que centra la mesa de juegos o la joven del turbante que hecha “La buenaventura”. El que diserta en el pulpito vestido de púrpura y seda; con alevosía engañosa, o el que grita ferozmente y dictamina ordenes mortíferas...
Sus rostros guardan la tersura del marfil o del mármol, pero están desprovistos de la dureza y luminosidad de estos materiales nobles. Su textura es más blanda y deslucida: están moldeados como una figura de cera o la masa del pan. Las caras son lisas como un huevo, forman óvalos casi perfectos que carecen de arista alguna.
No hay nada en ellas que recuerde el rostro de un ser vivo.
...Mirándolos con atención, observamos que hasta las perlas y pedrerías con que se adornan parecen falsas. A buen seguro no son más que baratijas, cuentas de vidrio que sólo brillan como gemas por la luz deslumbrante con que las regala el brillo de la vida…
No os dejéis engañar... Que os quiere siempre siempre siempre….



Antonio Canales

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