LA PESTE
Hola: ángeles de mi corazón... Soy el cuenta cuentos de La Danza
Las personas humanas que habitamos las ciudades de hoy, cada día estamos más escasas de humor, anémicas de risas y vacíos de hermandad... Deambulamos perdidos en interminables callejuelas de inmundicias y desesperación. Somos víctima del modelo falso y consumista que nos han hecho creer y que, de alguna forma, aumenta la desidia y la dependencia a límites extremos e insalubres... Todo gira en torno a intereses creados, carantoñas fáciles, caricias baratas y piropos inventados. Vivimos en un mundo falso, llenos de escaparates y estatutos, modas y referencias que no tienen pies ni cabeza. Intercambios de miradas tuertas y besos amargos inundan nuestro días y nuestras noches. Somos víctimas del carrusel de la insolencia más cruel. Mártires de las relaciones rápidas y malsanas, donde el orgullo personal y el amor propio pueden mucho más que el propio amor. Donde se confunden el querer posesivo con el amor comprensivo. Donde las armas corren rápidas y se derraman por las aceras llenas de basuras y residuos apestosos, buscando sangre, carne y carroña. Así es y, tristemente, no queremos verlo, porque todos estos engendros sin alma ni razón, queridos míos, son artilugios mecánicos para lograr a toda costa intereses ajenos y, también, nuestros miserables fines, y hacernos competir inútilmente contra una pared de hierro y granito sin horizonte.
Hacemos a nuestros vástagos a nuestra imagen y semejanza, creando monstruos sin sienes, sin ojos y sin orejas, forros huecos de pellejos llenos de huesos de cristal . Obligándoles a cumplir unas normas que son antinaturales... No sé si pensando que les hacemos bien, o buscando nuestra propio regocijo y realización, en definitiva nuestro triunfo personal... Hemos cambiado el oro por plata, el oxigeno por gas, el agua por petróleo...
Desde muy temprano les inculcamos el equipo de fútbol a seguir, la carrera a estudiar, los valores absurdos de procrearse, hacernos abuelos felices, y encadenarse desde muy jóvenes al sistema endiablado y apocalíptico de ser presos de los prestamos y deberes para con esta enferma sociedad. Y sobre todo que sean triunfadores de los peores trofeos que son el miedo a la muerte prematura y la infelicidad.
Nos estamos confundiendo totalmente, y bajamos a gran velocidad por la cuesta ardiente que nos conduce irremediablemente hacia el averno. Hemos perdido los papeles sin lugar a dudas... Hoy no se aplaude la sensibilidad, es más; se machaca. Se pisotea lo más noble que poseemos, nuestra voz.
En algunos tribus remotas esto no era así de ninguna de las formas, y aún algunos pueblos perdidos tampoco viven bajo este influjo infernal. Aún no están contaminados de esta mala lepra que arrasa nuestras casas y nuestras vidas...
Los hijos, por naturaleza, al principio depende de la madre... En sus primeros años es muy importante que sientan el calor materno muy cerca, ya que salieron desde su cálido vientre a un mundo hostil. Desembocaron como un río desde el océano marital a la tierra paternal, desde la ingravidez al peso terráqueo, y ese choque con los elementos externos crea una necesidad vital con su cueva, para que estos seres crezcan fuertes, saludables, llenos de amor y seguridad... El padre no puede, ni debe; a no ser por causa extrema, intentar de ocupar ese lugar, porque sencillamente no le pertenece. Ella es el Centro, la matriz, El debe ser la fortaleza alrededor de... Pero al cumplir los 8 o 9 años según el caso y la fortaleza de este nuevo ser... Es la Madre la que debe salir al círculo, y dejar al padre en el centro de la cuestión... Con este bello y bendito proceder se completa un mándala de vida natural y sensato. Las ubres cansadas ya están de nuevo tersas y recuperadas, y pueden aportar al hogar, al compañero, a los hijos y a la propia sociedad nuevos logros, milagros y placeres... y a ellas misma les aporta una nueva realización llena de arte, encanto y maravillas que la sexualidad femenina posee. Porque ser ama de casa es una cosa, y ser el ama de la vida es otra. Esto es muy difícil de lograr en nuestros días. Con lo cual creamos hombres y mujeres dependientes, débiles, enfermos de patologías desconocidas, ciegos de penas ajenas, pobres espíritus sin norte y sin valía... Con los valores esenciales atrofiados y llenos de complejos... Edipos encadenados y Medeas asesinas, presos todos de un poder maquiavélico, porque unos cuantos malvados han querido hacernos súbditos de su capricho...
Antonio Canales.
Increíbles verdades como templos dices Antonio siempre con el alma en contacto con el papel
ResponderEliminarHay veces mi Loli que los dedos fluyen solos sobre la cuartilla... Es como si fuesen extensiones de mi corazón... Muchos besos mi amigo de mi alma
EliminarEse es el Antonio que me encanta, el que se desborda en sus escritos, tan esperados siempre...
ResponderEliminarGracias Mercedes, hay días que las yemas de mis dedos arden de pasión...
EliminarPuro sentido común, pero sobre todo, mucho sentimiento, sensibilidad , amor en cada palabra escrita. Hoy me has hecho subir al cielo de las palabras. Aunque digas cosas tan realistas, siempre hay sueños en ellas. Precioso momento de lectura que me ha encantado, me ayuda. Te quiero Antonio mio.
ResponderEliminarA veces te siento mustia, siempre con los párpados cargados de tristeza... Y no llegó a entender el porqué... Tienes salud, una casa sobre el acantilado, unas hijas y nietas maravillosas y muchos amigos que te adoramos... Debes mirar con otra lupa los problemas cotidianos, aunque se te hagan montañas insalvables, siempre debe haber esperanzas de cambios a mejor,,, Un abrazo infinito...
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