HARÁ- KIRI FLAMENCO

El Hará-Kiri en el Flamenco.
El arte de proporcionarse la muerte por medio del Harakiri es algo ancestral y refinado y desgarrador... Este método, sangriento y doloroso, es una forma poética de pagar con la vida las deudas que un ser humano haya podido contraer con el mundo, para con el sacrificio recuperar el honor perdido y la dignidad mancillada ... Es una forma de eutanasia que se infringe uno mismo... Porque sólo siempre se habla y se debate sobre el enfermo que desea la muerte cuando su cuerpo está roto y ya no puede utilizar ni las más mínimas facultades para vivir con decencia.... Y al encontrarse imposibilitado, la implora con urgencia a gritos... Pero necesita la ayuda de un segundo cómplice para llevar a cabo tan funesto y reconfortante desenlace... La otra automuerte no precisa de ayuda alguna, y sólo se necesita la convicción y el valor suficiente para que se haga manifiesta... Y aunque nos parezca doloroso y sanguinario, le debe ser lícito al Hombre disponer con plena libertad de su tiempo de vida, nada ni nadie es quien para impedírselo por la fuerza. Ni el miedo más terrorífico que nos imponga ningún tipo de Religión putrefacta y egoísta.... Sin embargo: si es un deber para el prójimo ser buen samaritano y ayudar al enfermo, con el máximo amor, para que está decisión mortal la tomé el destino y no uno mismo....Con lo cual, no permitamos nunca que nadie nos haga ningún Hara- Kiri, que últimamente se hacen bastantes en el flamenco. Es una pena inconsolable que el artista al sentirse necesitado, vacuo y herido agache su cerviz como un cordero propiciatorio, hasta perder su dignidad por completo, y esto no es justo.. Algunos poderoso juegan con nuestra vidas y se divierten a sus anchas... Cercenando con ello la bondad y vitalidad del hombre bueno y entregado a su trabajo y a su bendita vocación.... Porque entonces esto no se llama Hara- Kiri , se llama homicidio en primer grado.
Pero recordar siempre que no sólo se enferma de las carnes el hombre, hay enfermedades del espíritu tan graves o más que las corporales... El Samurai que llegaba a esta conclusión y a esta maldita enfermedad, ya para El, el respirar no tenía sentido alguno; y estaba muerto en vida. Normalmente la acción del Hara- Kiri , se consumaba con algún testigo delante, para dejar constancia y poder confirmar tan supremo y absoluto martirio.. El rito llevaba impreso el recato, el máximo orden de los astros y la quietud más serena de las profundidades ... El sufriente, postrado sobre las rodillas; como un cumplidor penitente, entregaba sus últimos alientos de vida a la tierra que lo vio nacer. Con la mirada enturbiada por la cólera y su frente orgullosa y serena, sin gritos, sin el más mínimo lamento de dolor, sin lágrimas ni artificios sensibleros entregaba la vida. Con la frialdad de un témpano de hielo y la solicitud afilada de una daga mortífera y justiciera, se autoconsagraba al martirio universal, para con ello lavar la inmundicia de su alma y a su vez ser recordado eternamente como un héroe.... Comprendo que para el mundo occidental y el hombre de este siglo que nos toca vivir, esto puede parecernos descabellado y cruel... Pero vuelvo a decir, que no sólo se enferma de ciertas lepras, algunas de ellas aún desconocidas y sin antídoto para su curación... Si no que también se enferma de ciertos alientos pútridos y mal sanos, que algunos diablos depravados e indolentes, que conviven con nosotros, van soltando por el aire y contaminando nuestro existir...... Librenos el Divino de las enfermedades del alma. Y de los Hara- Kiri infligidos sin piedad por el maligno...
Antonio Canales