MILANO

Hola: ángeles de mi corazón... Soy el cuenta cuentos de La Danza.

De paseo por Milano....

Cuando puse el pie en esta gran ciudad del norte septentrional de Italia; hace casi tres décadas, el perfume de sus lugares era muy diferente con el que ahora me encuentro ante mis narices. Más, después de tanto desgaste,  aún no ha perdido la esencia de su delicioso linaje.

En este bello coso de sabores Alpinos y Apeninos sobre la vetusta llanura padana, y vecino de la Suiza rica y limpia, pude amar, soñar, bailar, disfrutar y, además, conocí a uno de los grandes músicos que tanto dieron y sigue dando aún a la música flamenca. El es el gran Livio Gianola... Un barbone y bohemio de Premana, un pueblo lombardo y montes, donde a las cabras hay que atarlas con una soga para que no se despeñen por los acantilados. En aquella dichosa época disfrutábamos de las largas temporadas que pasábamos aquí... Comiendo Polenta y maiall, mortadela de Bolonia, búfala napolitana con el basílico fresco  y parmesano a cucharadas. Escuchando cuentos y cosas de su historia Celta y primitiva. Jugábamos al fútbol en sus parques y prazoletas, y de vez en cuando viajábamos en tren hasta Lecco; con su inmenso y apacible lago, Bergamo la medieval... o Lugano ya en la Suiza... Está asentada esta urbe en un cruce de caminos tan crucial y poderoso, que siempre la mantuvo en una especial muralla de prosperidad. Tengo prisioneros en un cofre de recuerdos a los inmensos Alpes en el horizonte nevado...

Muchas noches Íbamos a ver ópera y danza al Teatro de la Scalla... Y a nosotros, a mi flamante Compañia, nos tocó continuar con la labor que había sembrado nuestro gran Antonio Gades  .... Y en esos momentos abríamos las puertas de un siglo y cerrabamos la de otro; que se nos iba muriendo lentamente entre las manos. 

Antonio Canales