Bueno, pues ya más aligerados y seguros enfilamos direccion a Burgos, para después comenzar esas subidas y bajadas hasta toparnos de llenos con El Furioso Cantábrico... Me sorprendieron dos nevadas intensas a la entrada y a la salida de la ciudad de la Catedral y las morcillas... No me atrevía a pararme más del tiempo de repostar y tomar un tente en pie, ya que temía que una tempestad hiciera las delicias de la tarde y me impidiera llegar a la ciudad de las luces, esa; la Perla San Sebastián... Después, al pasar por el filo de la piel de Iruña, comenzó a llover muy despacio, fino y constante, como la letanía de un canto primitivo. Y entre los claros celestes y las nubes de carbón pude contemplar dos maravillosos Arco iris intensos y enormes... Una sonrisa afloró a mis labios y pensé: esto es un popurrí meteorológico en todas reglas y maneras... Mi luna viajaba, en el asiento del copiloto, hecha un ovillo y sumergida en una duermevela contaste, sin roncar, y cuando abría de vez en cuando la ventanilla para refrescar el coche y mis sentidos, ella me miraba torciendo el gesto con cara de pocos amigos...
Quedaba el último tramo y llevaba ya 6:20 h de un viaje de tan solo 430 Kilómetros... Había que pasar el puerto ese tan oscuro y lleno de curvas para entrar por las puertas de la hermosa Donostia. Cuando a mediados del Puerto comienza el coche a calentarse y empieza la temperatura a subir hasta los dieciocho grados.... Eso me pone en alerta y recuerdo, con toda claridad, que al salir me dijo mi asistente que tenía poco aceite... Busco la primera estación de servicio y paro... Y al salir del coche contempló de un sopetón sobre mi cara sorprendida una ráfaga de norte como el refilón de una bofetada. Esa lluvia Cantábrica que no tiene dirección alguna y que al caer, se parece al auto lavado de un coche pero sobre tu cuerpo... Y por fin llegué a Donostia... Allí me esperaban 8 lindos grados de temperatura y mi manager Manuel Jimenez con sus brazos llenos de amor y compañerismo...
Y comenzamos la Gira del Norte.
Antonio Canales.
Como siempre, me quedo impactada por tu gran talento escribano. Eres maravilloso narrando, cualquier detalle se vuelve mágico en tu mente y en tus dedos tecleando. Se siente, el frio, la lluvia, se ve el arcoiris, y hasta he acariciado a tu Luna! Tu sentir, lo siento. Gracias mi Antonio.
ResponderEliminarFue un viaje maravilloso aunque lleno de peligros .....
Eliminar