EL OLVIDO

EL OLVIDO

No quiero olvidarte vida mía... He decidido no hacerlo mientras quede en este pecho, dolorido, un solo y quejumbroso suspiro de vida... Porque el olvido es una especie de muerte prematura, y yo no estoy dispuesto a asesinar ese aliento que tanto tiempo dio sentido a mi respiración...

...Parece que fue ayer cuándo juntos rozábamos, con temblor, nuestros labios enamorados. Cuando ardíamos en llamas vivas en el estrecho callejón de nuestras ansias... Derramados nuestros cuerpos en oleajes acompasados, desbordadas las orillas de nuestros ojos en lágrimas turbias de pasión.

Como quieres que yo olvide todo eso...

Se que debo seguir hacia el Oeste, es el destino de todo corazón.... El mismo sino de los Arcángeles y Ángeles... El principio y el fin.

Y las primaveras se acortan para cada uno un poquito cada día... Y los almendros en invierno son océanos blancos. Y tu pelo un mar de trigales de verano... Pero ahora; al no tenerte, mis sienes se han teñido de cenizas y mis ojos han perdido su color, como hojas de otoño esparcidas en el riachuelo ...  Se me seca la lengua contra el paladar, inmóvil, en un cielo rugoso y amargo... Y mis pensamientos me abandonan sin saber muy bien a dónde vienen y van...
...Parece que fue ayer cuando juntos fuimos cómplices del más apasionado de los delitos, Amarse.... Cuando dulcemente nos recostábamos en la hierva, abandonados sobre una almohada de primavera eterna. Vivir con la razón casi siempre compartida, nadando en un juego de niños inocentes...

Ser lo prohibido.... Ser el escarnio ante los ojos impenitentes de la gente. Y reír a carcajadas sin importarnos nadie, ni nada... Vivir arrodillado ante tus ojos es mi credo... Ser el ancla para sujetar tu barca ajada mi destino...


Y ahora no encuentro las razones suficientes para Olvidarte...

Se que bajaste unas paradas antes... Sin decir una palabra me ignoraste, fue sobre mi cuello el filo de una daga. Y ni siquiera te volviste para regalarme una última caricia, un susurro, una canción enamorada. Teníamos el mismo trayecto hasta un mismo destino, pero yo sé que voy caminando hacia el oeste... Y como es de bien nacido ser agradecido, quiero decirte con la voz hecha un Quejio, y el corazón contra el suelo destrozado en mil cristales, gracias vida mía por amarme...

Porque parece que fue ayer, o ya hace un siglo...