EL AMOR

EL AMOR

Hay que ver las barbaridades que se hacen por amor... A mi siempre me dio muy mala espina lo de las reuniones de empresa, que normalmente se utilizan para ver quien hace mejor el ganso.
Una vez fui a una de ellas, los chicarrones de mi oficina jugaban un partido de rugby, y allí estaba yo con la camiseta y todos los accesorios como los gladiadores. Pero claro esta; sentadito en la grada, en mitad de la sección femenina al completo.
Los deportes nunca fueron mi fuerte, en el colegio yo veía los partidos desde el cornee, vamos que los deportes cuerpo a cuerpo no son para mi, yo prefiero en los que no hay contacto humano. El ajedrez o el billar... algo más sencillito.

Al lado tenia sentada a Margarita, esta compañera además de unas grandes cualidades, tiene un par de balones de rugby impresionantes, ella también llevaba una camiseta del equipo, pero muchísimo más corta que la mía, con lo cual la grada festejaba el gol, y luego le aplaudía a ella con entusiasmo.
Yo hacia ya un buen rato que había perdió el hilo del partido, y lo único que deseaba eran que metieran puntos; para celebrarlo... porque Margarita los celebraba que daba gusto.
Con euforia me apretaba contra su pechuga, y claro, yo le hacia unos pressing.
En esto que me pregunta;-- ¿ tu no juegas??...
---¿Yo??... ¡¡no!! Esto es muy infantil, lo mío son los deportes de alto riesgo.

En fin que entre abrazo y abrazo entablamos una gran amistad. Al sábado siguiente volvían a salir, esta vez al campo a pasar el día. Yo estaba rendido a los encantos de la Margarita, y acepté sin dudar la invitación.
Entre el tupido follaje iba a ser donde probaría en carne y sangre los balones de la dichosa Margarita.
Llegó el sábado y después de dos horas de curvas peligrosísimas, llegamos donde Dios dio las tres voces.
Me apeo del coche y veo que comienzan a sacar cuerdas, tornillos un martillo, y en un descuido veo a la buena moza atada de los pies al borde de un precipicio, y con una sonrisa la muy jodida se lanza al vacío entre el aplauso de todos. A mi me dio un vuelco el corazón y me refugié debajo de un árbol, con los ojos fuera de las orbitas.
Claro está, después todos los payasos de mis compañeros, comenzaron a lanzarse en picado. Unos con los ojos vendados, otros con las manos atadas... Pensé: como sigan poniéndolo tan difícil, a mi me atan de los dedos gordos de los pies.

Al ratito sube ella, como una amazona, y con la mano me llama desde lejos, yo me hago el loco y miro hacia detrás  como sin no fuera con migo. A esto que se pone a llover y digo salvado estoy; pero que va, ella como poseida gritaba ¡¡¡ahora,!! ¡¡ahora es el mejor momento!!! ¡vamos...
Me acerque como pude con la cara traspuesta, y al subir al trampolín me"" mee to ""pero como llovía a mares, la gran nenada de mis partes pudendas paso inadvertida ... Bueno, no me quedó otro remedio y me ataron por los pies, Margarita me agarró de la mano y al final me lancé, vaya que si me lancé... tenemos ya familia numerosa.
Hay que ver las cosa que se hacen por amor. Pero lo peor fue que unas semanas después, fuimos de nuevo al campo, esta vez para conocer a los padres de mi novia Margarita, y ¿¿sabéis una cosa??... mi suegra hace "puenting" y mi suegro hace "
puenting" y mis cuñados también. En fin; que hoy mi vida está por los aires...

Antonio Canales.