EL NUEVO DIRECTOR

EL NUEVO DIRECTOR

Querida amiga: no creas que me olvido de ti y de nuestras cosas. Solo es que estoy en un trance del que espero salir pronto. En breve se decidirá, ya por fin, quien será el nuevo director del BNE… Y hasta ese momento, que creo que no puede rebasar el final de este mes de Abril, no me encuentro en condiciones de salir de esta cárcel de sentimientos encontrados…

No obstante, te mantendré al orden de las cosas… Sueño con la Danza, y sé que sea cual sea la decisión final que tomen, ella tendrá su luz y su pabilo en el centro de mi corazón…

Hoy por fin me encuentro en plena forma y vuelvo a escribir con fluidez; gracias al que todo lo permite. Estoy a punto de marchar para Granada, ya que voy a impartir un curso en el conservatorio y, por ende, estaré unos días en esa tierra moruna, misteriosa y reconfortante. 
Allí, en mi casita de la Sierra nevada… Con mi chimenea y mi perrita y mi libertad y mis cosas de montaña… Todo un placer para los sentidos… Después volveré con energías renovadas para afrontar el periplo que me espere.


Allí estaré rodeado de nieve y de catetos Guijarreños, frías aunque ardientes ellas y sensibles y llanos ellos. Gente de mirada limpia y cristalina…

Porque es en los ojos donde el alma de estos hombres y mujeres se refleja como en un espejo, mostrándonos su espiritualidad avanzada o la carencia de la misma.

Estos personajes tienen los ojos inmensamente abiertos, cerrados o entornados, pero se fijan y buscan las pupilas del posible visitante. Pero esos otros ojos, los de este mundo mortal y asesino, que con tanta insistencia parecen mirarnos a diario, están petrificados por la avaricia y el poder, o hundidos en los fantasmas del alcohol, los delirios y los desatinos.

Esos ojos que cada día vemos transitar cerca de nosotros; en estas ciudades del averno mundano, están abiertos pero ya no ven nada, sus miradas se pierden en la alucinación.


Tampoco, estos diablos, se miran entre ellos cara a cara, aunque a veces simulan hacerlo. Sus miradas son oblicuas, dirigidas a engañar al otro, a no dejarse ver. Ninguno de estos personajes se miran directamente, pero todos los ojos están alerta, ojo avizor, vigilándose mutuamente. Son ojos ávidos como animales de presa que afilan sus garras en el silencio, que se mantienen en vilo a cada instante. Y a la vez se esquivan con una agilidad de lince. Se diría que las miradas juegan al escondite. No están fijadas en lo que miran, sino en lo que pretenden burlar o conseguir. Hacen ver que piensan en otra cosa o que no se dan cuenta de lo que pasa a su alrededor, pero esos ojos actúan como auténticas antenas, son garras que sólo esperan el momento oportuno para saltar sobre la víctima elegida. Todos juegan a la inocencia porque tienen que hacerse creer inocentes para así cumplir mejor sus propósitos, para engañar mejor.

Sólo en contadas ocasiones, como en esas Montañas Eternas del Sacro-monte, los ojos son transparentes y revelan el interior del personaje, hablan sin tapujos y sin máscaras. Porque; vida mía, por lo general últimamente, los ojos están vueltos hacia dentro o son ciegos. Se escurren o se pierden en el vacío de su propia visión.


Sus miradas no se clavan en las cosas; más bien parecen haberlas olvidado, que les son indiferentes. Estas pupilas inmóviles que se hunden hacia dentro, van dirigidas hacia el mal. Miradas vagas, pensativa o pasmada; que se pierden como la llama de una vela en el fondo vacío del espejo.

Las otras se hallan suspendidas en el Tiempo sin tiempo de la eternidad. Allí voy a buscarlas...


Te quiero un montón….


Quiero mirar como miran los catetos Guijarreños ja ja ja


Tuyo eternamente el canales

Posdata: Al final El Director se me cayó a los pies.... Que España esta tan farandulera... Ufffff