PAPEL DE SEDA

PAPEL DE SEDA

Con ellos se hacían en mi casa mil cosas y una de ellas eran las maravillosas cariocas que mi Mama nos confeccionaba a mi hermana Rocío y a mí... Bajábamos al atardecer por el callejón de la Inquisición, que era el ascenso más cercano al río desde mi corral de vecinos. Y mi hermana y yo impacientes llevábamos en unas bolsas tiras del papel milagroso para el artefacto. Mi madre sacaba un pañuelo y lo rellenaba de tierra de la orilla del río, después introducía en el unas cuantas de tiras del papel y lo ataba con un cordón de algún zapato ya sin huso... Y comenzábamos a girarlos como si fuesen hondas medievales de diversión... El sonido que provocaban al rasgar el aire era música para nosotros y el remolino que provocaban las finas cintas un milagro para nuestros ojos. En el momento justo, con un golpe certero, los lanzábamos al cielo haciendo nuestras delicias y provocando la sonrisa en la cara de virgen Buena que siempre ha tenido mi madre Pastora... Se rompían una y otra vez y ella con Santa paciencia una y otra vez las reparaba... Pues aquella tarde en la que mi padre llegó de trabajar y se percató que sobre mi diminuta nariz no estaban los anteojos, saltó el ingenio de una forma sobre natural en ella, antes de que ocurriera lo peor, y le soltó a mi padre - Antonio, tengo que darte una mala noticia, mira: para que El Niño no se rompiera las gafas jugando con las cariocas las puse en el banco del parque y nos hemos venido sin ellas... Cuando regresé a toda prisa a buscarlas ya no estaban... A mi padre le cambio el semblante y se le seco el paladar... Pero como nunca supo reñirle a ella por cosas serias. Su semblante se puso en cólera y sólo atinó a decir:  pues tu hijo bizco se quedará  por mucho tiempo Pastorita mía... Y luego se retiró al aseo balbuceando - Siempre te sale la Cava de los gitanos.... esa, tu linda familia....

CONTINUARÁ..