Hola: ángeles de mi corazón... Soy el cuenta cuentos de La Danza...
... Queridos amigos: aquello de estar impedido a causa de los dichosos anteojos no podía durar muchos días ni muchas horas seguidas... Porque, además, yo siempre fui y soy y seré un culo de mal asiento... Y como casi todas las cosas imprevistas ocurren el día menos pensado, no iba a ser menos para mí... Ya que no podía correr, ni jugar al cielo voy, o a la lata, o a la lima... ni a ningún otro juego de cuerpo a cuerpo, un día Leonardo; que así se llamaba mi mejor amigo de la infancia, me propuso ir a pescar al río... Yo temía aquellas aguas cenagosas y turbulentas pero necesitaba distraerme y además jamás le llevé la contraria a Leo, ni El tampoco a mí, nuestras propuestas eran ley y ya....Con lo cual lo preparamos todo con mimo, mucho esmero y a escondidas; por supuesto. Y allí nos vimos en la orilla de aquella inmensidad, un día cualquiera de un agosto del 69, sin caña, ni carrete, ni nada de artilugios... Llevábamos un hilo de pesca, algo más grueso de lo normal, enrollado en un palo de jugar a la Billarda, dos anzuelos que el tal Leonardo había / Chorao /, sisado a su padre... Y envuelto en un pañuelo de mi abuela Manuela, de eso me encargué yo, migas de pan empapadas y amasadas la noche anterior con aceite de oliva... Estábamos ilusionados y llenos de emoción .... Al cabo de la primera hora donde ningún pez cayó en nuestra débil trampa, empezó a tener mucho menos aliciente la pesca, y comenzamos a soñar despierto con hacernos ricos, ser toreros y viajar a otros lugares cuando fuésemos mayores... Y, por supuesto, querernos siempre por encima de todo y de todos. Ninguna novia o circunstancia impediría jamás de los jamases nuestra amistad jurada y sellada con sangre ... Rito que habíamos consumado llenos de pavor y pasión cuando teníamos solo siete años, y del que os hablaré más adelante... Además de que los peces del Guadalquivir eran mucho más listos y viejos que nosotros, se estaban dando un festín a nuestra Costa... Habíamos cambiado unas diez veces la carnaza, que una y otra vez acababa devorada por los susodichos sin picar en el anzuelo jamás.... Aquello nos hizo perder toda esperanza, recogimos nuestros tristes e ineficaces aperos y los escondimos entre las varetas que crecían en las orillas del Río, donde algunas veces habíamos encontrado nidos y huevos de patos... Pero yo; alma inquieta donde las haya, no quería darme por vencido y como había visto mucha películas de Daniel Boone, me acerqué de nuevo a la orilla donde había encallado un gran tronco que sobresalía metro y medio sobre el agua... Y haciendo de El una cucaña, peligrosa, fui manteniendo el equilibro a duras penas hasta llegar a la punta del Madero, mientras Leo me jaleaba desde el otro extremo no sin cierta sorna y poca vergüenza... Hinque rodillas en tronco y me dispuse a pescar a manos limpias, una carpa resbalosa y escurridiza, como si fuese un hombre de la Edad de Piedra... Olvidándome por completo de mis lindas gafas, que en un descuido se las trago el fango... Yo al verlas caer, desde mi chata nariz. no hice otra cosa que seguirlas sin importarme ni el río, ni los bichos, ni sus peligros, temía mucho más a mi Papa que al mismísimo Amazonas lleno de pirañas... Y me lancé de cabeza a por ellas.. Leonardo que estaba a un metro de mí se lanzó detrás, y acabamos si gafas, sin peces y de fango hasta la coronilla.... Menuda nos esperaba...!!!...
CONTINUARÁ...
jajajajajjjjjj....siempre me haces reir...
ResponderEliminarEso me gusta.. Que mis palabras te produzcan cosquillassss... Muchos besitossssss
Eliminareste si que es cuento de esos de verdad, donde no paras de reirte por tus hazañas, así terminastes sin gafas ni nada de nada y a pique de haberos ahogado pues los ríos suelen ser peligrosos aunque sepas nadar, te lleva la corriente. Ansiosa por saber como termina la aventura, me encanta saber tus cuentos, tu infancia y tus vivencias, no se que tienes al escribirlas que las conviertes en magia, besos mi querido y admirado amigo.
ResponderEliminarSiiiiii fueron aventuras en carne y lágrima y risa propias... A veces cuando las rememoró es un mar de sensaciones lo que se agolpa contra el malecón de mis sentimientos... Mucho besitos mi Mariví..
EliminarPrecioso y divertido cuento (real) de tu infancia. Esas gafas y vosotros Llenos de fango... Me gusta leerte , pero me encanta tambien escucharte. Hoy en el salon de plenos del Ayuntamiento de Almería tu discurso me ha emocionado, mi hija también lo estaba. Y la maravillosa charla a los niños. Precioso. Cuanto mas te conozco, mas te quiero. Me pasaria horas escuchandote...Ha sido precioso volver a verte tocarte abrazarte. Me das la fuerza que necesito. Miles de besos mi Antonio
ResponderEliminarPara mí también ha sido muy especial vernos muchisimoooooooo Y no será la última vez te solo puedo asegurar.... Te camelooooo
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