MI TÓRTOLA

MI TÓRTOLA 

Hola: ángeles de mi corazón... Soy, el cuenta cuentos de La Danza.

...Yo estudiaba en los Salesianos de Triana con una beca semi privada, una parte de ella salía de la bondad franquista, y otra de las 3500 pesetas que mi padre sacaba trabajando de sol a sol y a luna en la Cartuja, y por las noches friendo pescado en Baturones en la Macarena... Allí, en el santísimo y carísimo colegio, me enseñaban trabajos de marquetería con paneles, sesgetas e hilos de carpintero, y con mucha paciencia le construí una casita a mi Tórtola... Era preciosa, con habitáculos, comederos y bebederos.... La hice sin techo, ya que le habían cortado un pelin las alitas y volaba solo a media altura... ADEMÁS POR LAS NOCHES DORMIA EN EL PLIEGE DE MI CUELLO.... Era un espectáculo cuando llegaba del colegio y al silbar, desde la puerta de los patios, mi Toti venía desde lejos revoloteando y se posaba justo encima de mi cabeza... Ya no me abandonaba ni en la comidas ni meriendas, ella reposaba en mi hombro atenta a lo que yo le iba dando...A mi padre esto le tocaba los cojones entre otras cosas, y más de una vez tuvimos que sopòrtar sus enrevesadas y sarcásticas maldiciones jajajaj... Cuando salían o llegaban las Carretas de Rocío al pasar por la calle Castilla, lo hacian acompañadas de cohetes artificiales... que a mi me causaban pavor dede que tenía huso de razón.. Y corria a refugiarme en las faldas de mi abuela o debajo del sofa... Por su puesto, ni que decir tiene, que la Toti venía debajo de mi sobaco. Porque había escuchado decir, a un vecino, que con esos sonidos atronadores de polvora algunos pajaros habían muerto de un ataque al corazón. Y yo no estaba dispuesto a dejar a mi Tortola a esa suerte de sacrificio... Pero no, no la mato la polvora... Un día fuimos a la piscina de Coria, y mi padre se negó en rotunto a que mi Toti fuera escondia en las bolsas de los bañadores y toallas... Y tuve que dejarla allí a su suerte... Al volver por la tarde, ilusionado de volver a ver y jugar con mi Toti, silbé con todas mis fuerzas desde la puerta de los patios y nada; no apareció... El corazón me dió un vuelco... Subi corriendo hacia la azotea y las plumas y un reguero de sangre me anunció lo peor... Mi Toti fue un suculento manjar para las hambrientas y asalvajadas ratas... Ellas también pasaban necesidad.. Y la ley del hambre se impuso con violencia... Me cague en los muerto de Franco y de toa su parentela, y también de que el Flautista de Amelin no pasara por mi barrio... Yo con 9 años no compredía esa miseria que nos asediaba y lloré sin consuelo... Mi padre me dió un sopapo y mi madre intento consolar mi desconsuelo... Cogi la Casita y la hice pedazos, depués reuní las plumas que pude y las mojé con su sangre derramada, bajé en silencio hasta el río y la enterré en su orilla... Sufrí tanto con aquel desafortunado percance, que me negé a tener mascota mucho tiempo en mi vida... El perro se come al gato, el gato a la rata, y las ratas a las Tórtolas preciosas como mi Toti.... Y Franco no se comió a España de milagro..

Ay que dolor...

CONTINUARÁ ...