UN DIABLO EN PARÍS

UN DIABLO EN PARÍS

Hola: ángeles de mi corazón... Soy el cuenta cuentos de La Danza…

Hay algunas fotos que siempre que las veo me producen escalofríos. Adolf Hitler paseando cual turista por todo París. Se permitió el lujo de recorrer la capital en un flamante Mercedes, por calles desiertas y sin grandes medidas de seguridad.

La primera vez que fui Alemania fue en una gira con el Ballet Nacional de España allá por el año 1984. La verdad que todos estábamos un poco reticentes con ese tour, de casi mes y medio, por esas tierras manchadas de sangre y terror, y aún partida en dos con un muro vergonzoso entre hermanos como frontera de la vergüenza. Solo hacia una treintena de años de aquella gran cicatriz que el pueblo Teutón dejó para siempre en la cara de la humanidad. Era inevitable que a todos los adultos de más de cincuenta años, les mirásemos con recelo y no cierta amargura en el hígado, y con la mosca detrás de la oreja, ya que estábamos aún muy cerca de la tragedia más dolorosa de nuestros tiempos contemporáneos en esta nuestra Europa. Y claro está en una masacre de esta índole pagan justos por pecadores. Yo pensaba, sin querer,  y me preguntaba en silencio al mirarlos: este habrá denunciado a alguien? este habrá colaborado?. Este otro donde y de qué lado estaba?

Francia capituló el 17 de junio y el armisticio, firmado en el famoso vagón de tren en el bosque de Compiégne, entró en vigor el día 25. Tres días después, a las 5:30 horas Hitler llega a la capital francesa y aterriza en el aeropuerto de Le Bourget. Hitler estaba en París.

Siempre hablamos de que este iluminado, soberbio y endiablado fascista, mató despiadadamente a judios, gitanos y demás razas que él creía inferiores. Pero lo que nunca pensamos es que estaba matando a sus propios hermanos, casi todos ellos nacidos, y algunos de varias generaciones, en Alemania. Eran casi todos alemanes de Pura cepa... Esto aún me impresionaba más.

Tres mercedes blindados lo recogen junto a su séquito para trasladarlos al centro de la ciudad. En el primer automóvil viajaba el Führer acompañado por los arquitectos Albert Speer y su rival Hermann Giessler, además del escultor Arno Becker y el ayudante Schmundt. La primera visita fue la casa de la ópera, edificio neobarroco del arquitecto Garnier, que entusiasmaba a Hitler.

Siempre fue un mediocre en el arte, de ahí su entusiasmo y maldad por conquistarlo a cualquier precio; cosa que jamás logró hacer.

Eran las 6 de la mañana y el grupo sorprende al vendedor de periódicos de la Plaza de la Ópera que no daba crédito a lo que estaba viendo. En plena visita Hitler dijo que faltaba una sala de la Ópera por ver. Cuando se le dijo que esa sala había sido tapiada tras una renovación, el Führer dijo triunfal: "¿Veis que bien conozco este edificio?". El guía francés que acompañó durante la visita no quiso aceptar la propina de 50 marcos que el ayudante de Hitler le ofreció por orden suya.

La sangre divina de la revolución del ser humano, quedó manchada por las gotas negras del sudor que este diablo depositó sobre ella.

Caminan por Chaillot deteniéndose en la terraza donde se toman fotografías y filman algunos fotogramas de película teniendo como fondo el Pont D'Iéna sobre el sena y la Torre Eiffel. 

Pero, algo insólito pasó aquella fría mañana, Hitler y sus acompañantes no pudieron subir a la Torre Eiffel porque los cables del elevador fueron cortados antes de que las fuerzas alemanas entraran en París. Los soldados alemanes que izaron la bandera tuvieron que subir los 300 metros de altura por las escaleras y lo hicieron dos veces, porque la primera bandera era tan grande que se destrozó con el viento.

La visita a la ciudad de la luz apenas duró cinco horas, a las nueve de la mañana terminó el paseo por la ciudad, el horror de la Segunda Guerra Mundial continuaba.

Pero el gran Emperador que quería mover montañas, construir una raza a su medida, andar sobre las aguas, calmar maremotos y huracanes, y ser el dador de la vida, al final se bebió su soberbia con un disparo en La sienes.

Terminó aquella gira en la que aprendí muchísimas cosas, y aunque hice las pases con los culpables, con el mundo  y conmigo mismo, volví con mucho dolor y angustia en mi corazón.



Antonio Canales

4 comentarios:

  1. Alex Leonard amaya11 de abril de 2018, 14:55

    Inaudito que asesinos como este llegaran al máximo poder increible que cerebr más corrompidono sabia lo de cortar los cables y que asi le fastidiaran el sumos de la foto suya en lo alto de los cielos de Europa y no cambiamos los humanos miedo da mirar quienes gobietnan este triste mundo canastico de besos Antonio.

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    1. Que cosas nos quedarán aún por ver mi Lolin. Uffffffff Muchos besos y abrazos mi amigo.

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  2. Terrible momento de la historia! Cuando pienso que hay mujeres que abortan por tener un feto con síndrome de dawn...La madre de Adolf Hitler sí tendria que haber abortado de un monstruo así.Me cuesya creer que una vez fue niño.
    Vivi en Alemania, he encontrado a gente muy buena. Conoci a personas que habian estado en la carcel o que habian perdido algún ser querido por no estar de acuerdo con el tirano....
    Por eso no me hustan los extremos , los nacionalismos, separatismos. No hay nada más retrogrado que pensar que lo tuyo es lo mejor.
    Espero que nunca más se vuelva a repetir.
    Te quiero mi Antonio

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    1. Eso espero también, pero me asusta la dirección que van tomando las cosas. Un beso lleno de amor y cariño

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