CURANDERO


Hola: ángeles de mi corazón... Soy el cuenta cuentos de la Danza.


CURANDERO.


....Pues desde pequeño siempre paso algo en mi, según mi Tío, que nunca tendría explicación. Y aún no la tiene. Por ejemplo: jamás me volví a poner unas gafas. No porque no quisieran ni pudieran comprármelas, es que mi visión se rehabilitó de golpe, o del mismo susto... No lo sé. O, quizás, del amor con que mi madre Pastora intervino en la tragedia. Es una mezcla de todo. Pero así es... 

Un día, tendría yo unos catorce años, mi boca estalló en una infección brutal al salirme las muelas de la mente, o del juicio; como decía la Riscarda, y las llagas taponaban encías, lengua y garganta... Al amanecer me llevarían al Virgen del Rocío, porque mi chacha Rosario decía que podría ser una lepra mala... Pensando en algún contagio con las amigas ratas... Toda la madrugada estuve delirando y mi padre; al ver mi boca hinchada en extremo, ya no pudo más, me envolvió en una manta y nerviosos salimos al patio. No teníamos ningún medio para ir al hospital, y cruzamos la calle como dos furias en pena hacia la esquina del Bar Castillo, para que nos llamaran a un amigo que trabajaba en el Taxi y nos hiciese el favor por caridad, estos vehículos ahora tan normales, en aquella época eran un lujo muy lejano, y a veces imposible. Pero, ¡¡albricias!! mientras llamaban al taxi, su compadre Josele me había pedio un vaso de leche calentita con un chorreon de algo pareció al café... Y mojando un trozo de bollo de Alcalá me estaba dando un festín... Mi padre giró sobre sí con el cable del teléfono enredado en su pequeño cuerpo y los ojos fuera de las órbitas.... Se acercó y me miró como si fuese un fantasma... -. Antoñito, hijo, enséñame la boca, yo la abrí muy fuerte y descarado; aún con migas del bollo nadando por ahí... Y continue dándole sentencia a la pitanza; sin fiebre alguna, y sin una sola llaga de las más de cien que tenía hacia solo cinco cortos minutos... El se sentó lentamente y le dijo a su compadre: Josele, hazme el favor, pide dos castellanas y dile a Macario que no venga con el Taxi... Que fue?: el miedo al hospital, la impotencia de no poder llevarme, o el amor de mi padre de empeñar lo que fuese por mi?... Aún no lo sé....


Antonio Canales

4 comentarios:

  1. jajajajajjjjj...eres especial*, eso es lo que es

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  2. Es cierto que eres muy especial, de otro mundo. El aura que te rodea te proteje y te cuida siempre. Es normal. No me extraña lo que cuentas tan maravillosamente bien. A ti te cura el amor de los que te queremos. Gracias porcestos momentos de lectura...
    Un beso querido amigo.

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