"EL PODER DEL CORAZÓN"
Hola: ángeles de mi corazón... Soy el cuenta cuentos de La Danza…
El otro día escuché decir que las personas, aparte de tener una edad
determinada: seis, quince o trescientos años, son de por sí adolescentes, viejas, ancianas o como niños durante toda su existencia. Y algo hay de eso, aunque creo que a lo largo de la vida a veces se cambia, o algunos lo hacen, sin importar el ciclo en el que te encuentras o los años que posees. Estas renovaciones son muy sencillas y muy complejas a la vez.
determinada: seis, quince o trescientos años, son de por sí adolescentes, viejas, ancianas o como niños durante toda su existencia. Y algo hay de eso, aunque creo que a lo largo de la vida a veces se cambia, o algunos lo hacen, sin importar el ciclo en el que te encuentras o los años que posees. Estas renovaciones son muy sencillas y muy complejas a la vez.
Como sucede del volver de las heridas, las metamorfosis nos dejan a veces irreconocibles. Los unos se hacen cada vez más fuertes y suaves, mientras los otros se endurecen, se vuelven resabiados, ácidos o amargos, a saber porque el dolor se convierte en perfume o veneno. Misterios de la alquimia, de la capacidad transformante de cada cual, de esa gracia que no sabes porque recibes...
Pensé reflexionando sobre todo esto en el destino que me habían dado. Y me contesté: pues no sé, es tan precioso ese destino mío que a veces casi no puedo abrazarlo. Con una pequeña parte de lo que me han dado a mí, una vida estaría más que colmada. Y me pregunté porque a mí me han dado tanto y a otros no les dan casi nada, cómo me puedo sentir tan dichoso viendo lo que hay alrededor, lo desgraciada que es la gente.
Y mi niño interior me contestó: -No, no, no hay que apenarse ni sentirse mal por esto. La felicidad se expande, así que como mejor estemos, mejor estará el mundo.
Y bueno, sí, mucho tiene de razón y como a fin de cuentas lo único que nosotros podemos hacer es volver locos de felicidad a las gentes que nos dejan en las manos, y cauterizar las heridas cuando aún es posible. Algunos dicen que tengo el poder de resucitar a los muertos, y puede que tengan razón, pero el que se acerca tiene también que estar en estado de recibir la gracia, de querer revivir...
Antonio Canales
No he podido esperar a la tarde,
ResponderEliminarLo cierto es que la primera vez que te vi en el Ayuntamiento de Almería, con tu abanico y tu mirada de ángel, supe que eras un ser muy especial, no solamente como artista sino como persona. Cautivas en el buen sentido de la palabra, rebosas amor y cariño y nos quedamos atrapados en esa " tela" tan sutil y bella que tejes a tu alrededor, el niño que llevas dentro nos contagia felizmente.
Cuánto te quiero mi Antonio! Besos a raudales
Que bonita eres mi Rosa. Todos estos días que he tenido tiempo para pensar y meditar y pasear, es cuando más se despiertan las añoranzas; y verte es una de ellas. Pronto iré a dar unas Master clases a Almería. Te imaginas como nos lo vamos a pasar? Del 24 al 27 de Enero estaré allí. Un beso enorme mi amiga de mi alma.
EliminarQue gran verdad Antonio,no se si es el poder de resucitar a los muertos, pero si tienes el poder de solearme cualquier triste día de ese frío invierno, me entra una alegría, no se expresarle, pero si no te veo un día en la pantalla, pues algo me falta, te quiero , tengo la inmensa felicidad de conocerte , y eso no tiene precio para mi..
ResponderEliminarTe quiero mucho mi Marie, estos días que he estado en silencio y calma, y lectura y paseos por la Perla del Egeo, he añorado muchas cosas y entre ellas esta tu persona. La cual desprende un amor y un calor especial en mi vida. Te mando Estrellas y luceros que iluminen tus pasos a cada instantes. Y un beso gordooooooo como un Oso.
ResponderEliminarHola Antonio pasaba por aquí porque es el estupendo barrio de las letras y maravillosos cuentos de la vida pero claro con ese sabor y toque de Arte que con más avanza el tiempo más bouquet tiene ,me encanta este barrio y rincón tan bello como Tú Baile Antonio Canales te dejo en la puerta porque es tarde un año entero de besicos .
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