ALCALÁ DE HENARES
Hola: ángeles de mi corazón... Soy el cuenta cuentos de La Danza
Hoy comenzamos nuestro viaje en la ciudad de las almendras garrapiñadas, la costrada y los penitentes…”Alcalá de Henares”
En ella he tenido la oportunidad de bailar en distintas ocasiones, en el “Corral de Comedias” o en “la Huerta del Obispo” entre otros tantos lugares emblemáticos de esta vetusta ciudad… También he tenido el privilegio y el placer de saborear sus dulces, sus guisos y sus caldos; en distintas fechas, celebraciones y conmemoraciones que ocurren en el transcurso de cada estación.
Todos los años se celebran las “Jornadas Gastronómicas”, de gran afluencia de turistas. Y uno de esos años, allí estaba yo; como otro turista más. Presentábamos “Bernarda Alba “del director de escena Lluís Pascual en el “Corral de Comedias” un templo de las artes y uno de los más antiguos de Europa. Su construcción data del año 1601.
Por la mañana habíamos decidido ir de confiterías, a comprar yemas a un convento, siendo los dulces conventuales los que gozan de gran prestigio, en esta; la ciudad de Cervantes. Comenzamos a caminar por esas calles adoquinadas y llenas de peatones. Al instante quedamos extasiados de tanta belleza y arte popular. Al calor de su gente y el olor de sus fogones nos fuimos parando en los tenderetes, y probando los manjares que ofrecían gratuitos. Entre ellos unas migas de chocolates inolvidables y buenísimas. Fue tanto el atracón de migas que nos dimos, que ese día no llegamos a ningún convento. Nos fue imposible andar más de trescientos metros seguidos. Llegamos exhaustos y llenos de chocolate hasta las fauces a “La Hostería del Estudiante”, lugar donde nos hospedábamos y donde tendría lugar una comida de mediodía con los directores y concejales. Pues, la verdad, aún no sé como pudimos hacer sito a los caldos, asados, hortalizas y por supuesto, ¿cómo no?... las famosas migas de chocolate eran el postre.
Cuando por la noche interpretábamos la obra de Lorca, llena de austeridad, sed y hambre, no lo podíamos creer. En algunos
pasajes, cuando nos cruzábamos la vista los bailarines y yo, fue difícil espantar algunas sonrisas socarronas…¡¡Estábamos súper bien alimentados!! . Pero, así, plenos, es como mejor se baila y se siente.
Y si nos lo comimos todo fue... porque las viandas eran verdaderamente “bocados de cardenales”
“Alcalá y sus migas de chocolate"
Antonio Canales
Que bonito cuentas...
ResponderEliminarCuando era pequeña iba a casa de una tia de mi madre que en verano se trasladaba alli desde Madrid. Eran los momentos más intimos que tenia con mi mamá.En aquella época era un pueblo con miles de rincones por descubrir, huertas para ir a comer pepinos, o tomates. Largartos al sol,un dia me mordió uno, jajajajajaja. Los niños de Madrid nos juntabamos von lis de Alcalá y jugabamos hasta caer rendidos.
Tu Cuento hoy ha sacado parte de mi niñez...
Gracias mi Antonio. Te quiero, besos
Cuando despertamos la niñez casi siempre es para rememorar la felicidad . Por eso creo en el hombre, en la vida y en los mares. Un beso enorme mi amiga.
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