BABILONIA

BABILONIA

Hola: ángeles de mi corazón... Soy el cuenta cuentos de La Danza…

Solo nos faltaban cuatro días para regresar a nuestros hogares, y después del gran susto, que se instaló en nuestras almohadas y en nuestros corazones, de los dichosos bombardeos diarios, lo único que deseamos es que pasara el tiempo lo más rápido posible.
Aquella mañana luminosa muy temprano nos dirigimos en una tartana ruidosa y destartalada hacia el sur de la enigmática Bagdad, en dirección a encontrarnos con los famosos y exóticos jardines colgantes de Babilonia, esa mujer enjoyada que significa La puerta de los Dioses. Se encuentra a unos 120 kilómetros de la capital, y el viaje se nos hizo una delicia, pues llevábamos cinco largos días sin salir del hotel ni siquiera a las ventanas de las grandes y lujosas habitaciones. Cubrimos el trayecto en unas tres horas cantando y riendo a nuestras largas y anchas. A paso de tortuga nos fuimos adentrarnos por carreteras en muy mal estado, y llenas de socavones y grietas entre bosques de palmeras repletas de dátiles. Cuando paramos a comer en un sombrajo lo más parecido a un restaurante de carretera, nuestros sentidos se agudizaron con la exuberancia del entorno. Ya no olía a alcantarilla ni a pólvora, ni a despojos humanos. Ante nosotros teníamos el paraíso literalmente. Este paraje que se nos presentó ante nuestros ojos era la cosa más bella que jamás he podido contemplar. Las altas palmeras creaban unas sombras frescas y acogedoras y la humedad de aquellos dos enormes ríos milenarios un micro clima delicioso. Sobre el balcón de aquella casa de comidas teníamos la confluencia de los ríos Tigris y Eufrates, explotando caudalosamente y formando grandes meandros llenos de aves frías y vegetación edénica. Queridos lectores, según la historia, este es el enclave donde Dios creó el mundo y donde puso a Eva y Adan para que señorearan la tierra. O sea EL EDÉN. Y la verdad que el sitio confirmaba la palabra escrita.

Comimos en silencio dátiles y cordero, cada uno sin aparta la mirada de aquel fantástico vergel, ni los oídos de aquella música celestial que nos envolvía y que por fin nos hizo olvidar todas las amarguras pasadas y acumuladas en este tenebroso viaje. El olfato nos abrió el apetito perdido y comimos como verdaderos pacha... Este momento creo que ninguno de nosotros lo podrá olvidar jamas de los jamases. Fue tanta la emoción y le recogimiento que nadie hizo ni una sola fotografía, es increíble y mágico que a más de veinte personas, todas con sus cámaras preparadas, les ocurriera algo semejante. Perece que el destino no quiso que guardáramos aquellas imágenes en ningún otro lugar que no fuese nuestra memoria. Después nos dirigimos más al interior para llegar hasta el enorme escenario entre aquellas ruinas, donde esos Jardines Colgantes de Babilonia eran solo una ida muy lejana, y donde tendría lugar al atardecer ese Festival internacional de Arte anual. Tendríamos el honor de que nos iba a visita insitu el Dictador Sadam Husein con su lindo hermano, el cual había matado hacia unas semanas a 14000 kurdos con el gas mostaza. Le apodaban a este diablo el doctor muerte. Os podréis imaginar el despliegue de seguridad. Nosotros, ajenos a todo aquel atropello disfrutamos muchísimo  viendo las danzas, los cantos y las exhibiciones de luchas con enormes dagas y las carreras eufóricas montados en blancos y elegantes camellos hicieron las delicias del público... Cuando salimos nosotros aquello explotó en vítores aplausos y más de 20.000 personas cayeron rendidas a nuestros pies, entre ellos estos dos diablos y su comitiva. 

Ya con la noche cerrada y un cielo de terciopelo añil bordado de estrellas, cometas, constelaciones, planetas y luceros que parecían caerse sobre nuestras cabezas emprendimos el viaje de regreso hacia Bagdad. Nuestras caras quemadas por el ardiente sol y nuestra ropas y zapatos y hasta las partes más íntimas llenas de arena y polvo, enmarcaban unos ojos chispeantes en cada uno de nosotros... El cansancio nos derrotó a los pocos kilómetros, y creo que todos soñamos con los cuentos de las Mil y una Noche. Por fin la magia se hizo realidad...


Antonio Canales 

4 comentarios:

  1. Ha sido uno de los que más me han fascinado.Maravilloso Cuento, me has dejado "encantada". Me he imaginado sobrevolando tu cabeza en una alfombra mágica...
    Te he leído antes de dormirme, esto ayuda a soñar bonito
    Soy una pesada que te quiere y te extraña...

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    1. Es bonito siempre soñar sin límites, y si te sientes bien diciéndome a todas horas que me quieres pues hazlo... Siéntete bien, a mi no me importa porque yo también te quiero mucho.

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  2. Alex Leonard amaya23 de enero de 2018, 14:22

    Creo que como tu lo describes vuste el auténtico Paraiso el cual no se deja fotografiar salvo en las retinas de aquellos que tienen la suerte de verlo.canasto de besos Antonio

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    1. Siii mi Loli fue algo insólito. Te quiero a ráfagas sin descanso.

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