PRÓLOGO


Prólogo
“VENTA DE VARGAS”
Queridos amigos:
Hoy tengo entre mis manos una verdadera joya de un valor incalculable, colosal, titánico.... Un documento narrado ma- gistralmente por Antonio Lagares. Una trémula centuria de la historia de nuestra España, nuestra Andalucía y sobre todo de la Isla de San Fernando; enclave fundamental donde se desa- rrollan los sucesos que dan lugar al nacimiento de La Venta de Vargas. Cuando descorres las cortinas del sueño de este singular ejemplar, y te adentras en la marea de las páginas del hermoso opúsculo histórico, vademécum bíblico de la vida y muerte y resurrección de toda una jerarquía, es como tomar un delicioso baño de sol y sal, de viento y mar, de luz de luna.... Es dejarse acariciar el cuerpo desnudo, a la intemperie, para después ser azotado por el Levante de otros tiempos y, al nal, quedar rendidos y tendidos sobre un cruce de caminos con los sentidos dulcemente perturbados. La guerra y La Paz como vehículos; el Flamenco y el buen Manducar como órganos vi- tales y cimientos principales del eterno Antro; el hambre, el esfuerzo, el sudor, las lágrimas y la algazara como estandarte; los Picardo y los Vargas como protagonistas.
Artistas de la talla de Camarón, Caracol, Lola Flores y una larga lista imposible de mencionar, en tan corto espacio, como estrellas de un reparto de ensueño. Es como si el escritor nos fuese narrando, con voz susurrante cerca de nuestros oídos, las imágenes vivas del pasado y del presente y nos dejara en la piel y el corazón, titiritando, las ganas de seguir sabiendo sobre el futuro de lo que acontecerá entre los muros de tan ilustre catedral de la gastronomía y el Flamenco per se; como es Nuestra Venta de Vargas.
Si antes de leer el palimpsesto ya la sentía muy mía... Al terminar sus últimas letras, la siento como si fuese algo de mi propia familia; como si me dolieran sus cosas en carne viva. A veces los libros de historia se completan con muchísimas le- yendas urbanas que dan lugar a la duda o credibilidad... No es así en este caso. Aquí el escritor derrama su sangre, hecha tin- ta, sobre las páginas. Cada una de ellas es un cuadro primoro- so de verdad. Es una ventana descarnada al interior de lo más recóndito de la Venta, y un balcón con ores hacia el exterior de sus polvorientos caminos... Aquí toman formas verídicas las leyendas y duermen plácidamente sobre la almohada de documentos fechados, cuidados como oro en paño. Recuer- dos contados de boca en boca, galopando sobre el lomo del vertiginoso tiempo... Escritos a caballo, y sellados con muer- te entre los cajones de establecimientos gubernamentales. Y también, en algún que otro diario cotidiano, escrito con saña, dolor y escasa ortografía... Pero inmensos en sus contenidos... Epístolas y besalamanos pueblan los espacios en blancos del histórico manuscrito. Correspondencias, cédulas y despachos se desbordan por los márgenes de sus cuartillas... Toda una proeza traernos hasta nuestros días una historia que suda So- leares y Cantiñas... Fandangos rotos de duelo... Fritangas bur- bujeantes de hambres pasadas. Alboreas de bodas y esperan- zas... Noches y días alumbrando al caminante como una llama de amor y de Ventura... Como un faro en tierra...

Gracias, Antonio, por esta labor encomiable. Por dejarnos saber de qué sangre está construida nuestra Venta de Vargas. Por ofrecer, con tanta sabiduría, limpieza y honor, este lega- do tan valioso a la posteridad. Y por hacerme la boca agua con esos guisos y recetas únicos y autóctonos.... Prenderme el alma en un puño con esos momentos de terror e incertidum- bre... Por hacer saltar en mil lágrimas mis ojos con esa gracia que solo puede nacer en esas tierras de la baja Andalucía... A ti, Utrerano de nacimiento, pero con el Levante impreso en cada poro de tu piel, quiero brindarte el mayor de los aplau- sos. Y mi más emocionado agradecimiento a la Familia Picar- do y Vargas, por todos estos años de una labor incalculable para con nuestra historia.
Sobre todo, quisiera hacer una mención muy especial a mi gran amigo Lolo Picardo «vaya para usted mi corazón pin- chao en un al ler...» Ahora, cuando visitemos esta Santa Casa, la querremos aún más si cabe, y la veremos como a una novia que se desnuda ante nosotros para ofrecernos su virginidad y hacernos esclavo suyo pa los restos...
¡Viva la Venta de Vargas! ¡Viva!
Antonio Canales

4 comentarios:

  1. Antonioooooo, Que bonito escrito, descrito, sentido y haces sentir. Leyendote... Claro que dan ganas de salir corriendo e ir a buscar "La Venta de Vargas" debe ser un libro Maravilloso, con historia como me gustan, porque, qué seriamos sin historia? No me lo voy a perder, lo leeré con mucho cariño sabiendo que tú lo has amado...yo lo amaré.
    Para mi eres más que un simple amigo, eres mi sueño diario...Cuando te vuelva a ver voy a temblar, más que un sol de Octubre, seré una hoja muerta al viento. Te quiero Antonio mio

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    1. Y yo mi niña querida... El libro es algo maravilloso... Ya veras como te va a gustar.

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  2. alex leonard amaya1 de abril de 2017, 3:04

    Cuando derrama su sangre Hecha tinta ...que mas voy a decir ya dices todo del libro enhorabuena Venta de Vargas y Antonio Lagares

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