“EL DÍA MENOS PENSADO”
Hola: ángeles de mi corazón... Soy el cuenta cuentos de La Danza…
...Volvía de Atenas de pasar una semana intensa y luminosa, llena de emociones encontradas. Poder pasear por sus calles milenarias y toparme de bruces con la cultura en cada esquina; no es moco de pavo. Respirar los aromas de otros tiempos lejanos y flotar pensando en Platón y sus congéneres; es una delicia mesiánica. Ver la alegría desbordada de su gente fluir como el delta del Nilo azul, entre olores, risas y miles de colores y, a su vez, sentir la más cruda pobreza andando suelta por las calles del centro de la Humanidad. Todo ese cuadro viviente no es algo que tengas a la mano diariamente. Pero antes de acabar este soñador viaje, me esperaba una sorpresa sensacional... Era muy temprano y el sol iba templando la Acrópolis con sus rayos poderosos. Desde la ventanilla del taxi que me transportaba al aeropuerto, me sentí extasiado por momentos. Mis pensamientos flotaban, sin control, entre una mezcla de añoranza, amor, rabia y dolor. Llegué con mucho tiempo a la Terminal, y me dispuse con parsimonia y orden a tomar mi primer vuelo destino Estambul, para desde allí volar hacia Madrid. Fue un suspiro el vuelo, y es que estos dos pueblos se rozan el alma desde tiempos remotos. Cuando aterricé en la ciudad de las mil caras, empezó la fantástica odisea. Turkish Airline sala Vip.
Al pasar el control de pasaportes, ya en ese instante, se me desbocó el corazón y el pulso comenzó a latirme en la sienes acompasado. Mis ojos no daban crédito al festival de colores, murmullos en cientos de lenguas, vestimentas de las más variadas culturas, y un aeropuerto impecable donde los haya. Eso si: los dueños de El eran los niños. Los había por cientos, de todas las razas y edades. Corrían desatados de aquí para ya. Gritaban, jugaban y reían, eran simplemente niños libres y vivos... Todo se desarrollaba en un desorden muy ordenado. Nada de cutrerio ni suciedad. En esa Terminal todo es súper modernísimo. Desde Chanel a Givenchy, pasando por los restaurantes más sofisticados y las tiendas más In del planeta. Los suelos de madera, los techos galácticos, las alfombras de Aladino... Bueno, bueno; sin palabras. Eso sí, la verdad, que no sé aún como llegué entre ese mar de gente hasta la dichosa sala Vip de Turskish Airline. Al entrar en esa zona mis ojos, mi nariz, mi paladar y yo entero, no podía dar crédito alguno a lo que presencié. Dios!!! o Ala!! o Budaaaaa. Aquello era para perder el avión con gusto y placer,y pasar una noche entera allí. Si!!!, era la primera vez que me importaba un bledo que retrasaran el vuelo las horas que quisieran. En la izquierda un Billar precioso y confortable, rodeado de una biblioteca internacional muy completa y acogedora. A la derecha un cine con asientos de ensueño, y con palomitas¡¡¡¡ que dejaban un aroma en el ambiente que te hacia retroceder hasta la infancia. Porque allí, de nuevo; los niños eran los Reyes del Mambo. En resumidas cuentas, para ir al grano. Azafatas y Azafates solícitos y encantadores. Ordenadores ultramodernos, restaurantes varios. Sillones camas para dormir. Traductores para los turistas catetos como yo. Cocineros de gala y planchas en ebullición, agasajando a lo comensales con manjares exóticos. Pasillos, salones, corredores, techos de cristales de colores interminables. Es el barroco más retorcido Oriental, con un toque de exquisitez Parisino y un sabor Mediterráneo en sus ventanales, reposando sobre una comodidad Persa palaciega, envuelta en las deliciosas armonías de una banda de músicos, en directo, que aliviaban la espera del viajero. Sublime, místico y embriagador. Y claro, al final no sabías muy bien sí tirarte en los cojines, o ponerte a bailar sin parar una danza ancestral y monótona... Y pensé: hay que venir a Instabul, obligatoriamente, y al menos pasar un día de visita en esa zona vip. Es un placer no saber en que país te encuentras ni a que hora sales para donde. Estoy seguro que tiene que ser el desaparecido Babel. Cuando se hagan Europeos, se acabará ese tamiz soñado por mi en alguna vida pasada. Viva la zona vip del aeropuerto de Ataturca, el padre para muchos, y el malísimo y sanguinario para otros tantos... Seguro que volveré y perderé el vuelo... jajajaja
Antonio Canales
Buenas noches Antonio,Juani está mirando cositas de Grecia para estas vacaciones y a ver qué pasa Estambul y Jerusalén eran nuestras predilectas pero tal como como edtan los tiempos hay tantas ciudades maravillosas y más después de leerte que en fin no lo tenemos claro aun besicos de aeropuerto VIP .
ResponderEliminar