EL ABRIGO

EL ABRIGO MÁGICO.

Aquel abrigo con el que el abuelo abrazaba a Lerol aquella mañana fría de invierno, en un golpe de amor infinito, había pertenecido a su padre que lo había heredado de su tatarabuelo al que, a su vez, se lo había regalado un comerciante que lo traía ya de otros tiempos muy lejanos, poseía un Aura  completamente mágico.

Era de tal magnitud su capacidad para desprender amor, calor, misterio y, sobre todo, poseía un poder sobrenatural que se derramaba desde el cuello infinito de un armiño ya gastado de besos y sueños robados, negro como el carbón en la embocadura de la grieta, que te producía temblores incontrolados adentrarte en El.

Pues se decía en la familia. y se contaba con voz temblorosa todos los solsticios de invierno; como una letanía de sortilegios entrelazados, que el Ser que cayera bajo sus maravillosos y extraños efluvios; en este caso toda mi parentela masculina incluido yo, viviría una vida de hechizos y aventuras interminables.

Y claro está, este embrujo salvaje de cientos de años a veces dulce manjar y otras un venenus ácido y endemoniado, me acompañó siempre siempre siempre.... 


Tome teta de mi Ama casi hasta los cuatro años, y tengo el recuerdo tangible de ver a esa tierna y Bella mujer con una corona de mirtos salvajes derramaos entre sus largas madejas de rizos color del trigal, morderse los labios hasta hacerse sangre de dolor debido a las adentelladas de mis furiosas acometidas, bajo el Abrigo enmarañado y protector. 
Yo entraba en El como si fuese la cueva enramada de una loba, y me llenaba de un vigor especial que derramaban a borbotones las ubres de mi Ama, hasta empapar las mangas del santo Sayo familiar del olor a leche y grasa, a mujo y carne.  

Me gustaba dormirme entre los pliegues de aquel bosque de silencio, envuelto en el sudor de sus axilas tupidas de finos bellos, que adornaban sus fuentes inagotables henchidas y brillantes como antorchas perladas, y siempre estaban prestas para hipnotizarme y tensas cuando yo las  demandaba. 

De esta sabia están forjadas las Coyunturas de mis huesos, bajo el auxilio y la sombra del fabuloso Abrigo...



Continuará....

2 comentarios:

  1. Oh cuanto me gustaría envolverme en tu abrigo, ese abrigo que es el abrazo del ser querido, el calor ansiado, la magia del momento...
    Tu cuento es maravilloso, entro en el como en un jardín florido, perfumado
    A veces, cuando te leo, desatas todos mis sentido, , sensaciones, sentimientos...
    Me embarga una gran emoción y termino llorando (como no) son lagrimas de cariño por el poeta del baile. Te quiero mi Antonio

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    1. Qué maravilla las cosas que dices... Me llenas el corazón mi Rosa... Algún día te enseñaré ese abrigo... Muchos besos y abrazos y carantoñas...

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