LOS JUEGOS DE INFANCIA


LOS JUEGOS
Hola: ángeles de mi corazón... Soy, el cuenta cuentos de La Danza…�
... Son tantas cosas las que vivi en esos años tan pobres y tan maravillosos, donde las mujeres que estaban criando amamantaban a cualquiera de los vecinos con sus pechos llenos de vida y de leche!!!... Mi tata Maria Teresa me dió de mamar, con una paciencia infinita, hasta los tres años casi. Eramos hijos de todas las mujeres de mi corralón, y eso nos convertía en hermanos de leche y sangre de por vida. Jugábamos al toreo, a piola, a la lima, al tejo, con el trompo, a las bolas y otros tantos y entretenidos juegos; que la mayoría de ellos ya se perdieron en el tiempo. Nos retabamos con los niños del otro patio de mi casa, y también de los colindantes como el corral de los Judios, el de las Bicicletas, o el de las Flores. Mi calle era un caudal de arte constante. Durante el paso de las carretas del Rocío, o en la Semana Santa; con dos hermandades de nazarenos la O, y mi hermandad el Cachorro. En las Navidades, en las Cruces de Mayo y, por supuesto; en la Feria de Abril... �Cuando yo iba a la Feria de Abril con mis padres, mi abuela, mis tíos, mis hermanos y primos ibamos andando, y era el paseo más alegre y garboso que se podía hacer desde la calle Castilla al Prao de san Sebastian. Te cruzabas con los caballistas, las carriolas engalanadas, los vendeores ambulantes, entre ellos mi tito Manolo; el gitano más guapo de toa Triana. Presumían las gitanas con sus andares, y la gente de a pie las miraba con respeto y picardía. En cada esquina había una fiesta. Esas mujeres guapas cruzando el puente con sus trajes y mantones y las cabezas llenas de flores naturales de mil colores, eran una pintura viviente. Mataban el sin sabor de la pobreza con sus cantes por sevillanas, unidos en familia derrochaban sus alegrias por las calles de mi Sevilla.�Nos llevabamos las tortillas y los filetes empanaos, que después nos los comíamos en el Parque de María Luisa, o en la calle del infierno montados en los caballitos, en el gusano loco y viendo extasiados a la mujer serpiente... Era como ir de Romería sin salir de tu ciudad. Que tiempos tan felices. Esa portada con sus bombillas, esas casetas de cante y fino, esa calle del infierno llena de cosas atractivas y de gentío, ese olor a calentitos, adobo, almendras, flores y piñonates preñando el aire de fantasía. La Feria era de todos...
Hasta 1972 la Feria de Abril se celebraba en el Prao de San Sebastián y, Tristemente; pero obligado por los tiempos que multiplicados de ansiedad devoraban las aceras, desde 1973 hasta nuestros días tiene lugar su celebración en el actual emplazamiento del Barrio de los Remedios. La feria se vino a vivir a Triana, pero muchos trianeros la perdimos de vista.
Antonio Canales






2 comentarios:

  1. Alex Leonard amaya24 de mayo de 2018, 15:15

    Alegría y pena...Alegría de esos tiempos el gozo y el disfrute que teníamos los niños con esos juegos tan tristemente perdidos hoy y ver esas fotos es un regalo gracias Antonio Besicos de infancia y juegos

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  2. Verdad verdadera.... Ojalá no perdamos la memoria mi amigo. Un camión de abrazos desde el Japón:

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