EXPLOSIÓN

“ EXPLOSIÓN “
Hola: #ángeles de mi #corazón... Soy el #cuenta_cuentos de La #Danza…
Ahora sí que vivo en mitad del campo. Hasta estos días no había tenido verdadera conciencia de ello. Los amaneceres son un espectáculo. Desde mi ventana veo saltar las liebres y los gazapos. Y asomar sus pechos henchidos y desafiantes  los hermosos matacanes. Este macho es una liebreque se resabia y a fuerza de carreras y de años enmagrece, se le desarrollan las patas traseras, se le aquilla el pecho y corta el viento como un dalle, ahora se pasean desafiantes y poderosos al filo de los caminos. Los conejos; siempre huidizos, llegan hasta el borde de mi jardín con sus pelajes brillantes y espesos a punto de comenzar a mudarlos. Se escucha el canto de varios gallos con una fuerza inusitada, que más bien parece una sinfonía llena de orgullo y soberbia. Cientos de pájaros canta al unísono, dando la bienvenida al sol del nuevo día, y el griterío se cuela por las rendijas de los balcones, arrullando el sueño silencioso de los prisioneros en sus cuevas de cristal. Todo es magia. Todo es más lento. Una tierra que aún no conocía se abre frente a mi con majestuosa opulencia. Los Parque están eufóricos con sus cientos de flores furiosas más bellas que nunca. Los setos de las avenidas han retomados sus formas naturales, y se desbordan por las aceras. Y las hiervas, sin cortar, forman mareas salvajes de un color verde intenso acá y acullá. Ahora sí que están bonitos esos parques para que los niños supiéramos cuidarlos y tumbarnos sobre el césped limpio y fresco. Jamás respire un aire tan limpio, jamás vi un sol tan brillante. Puedo oler la tierra y la lluvia y el pan recién horneado de la aldea que hay enfrente de la mía... Escucho el trasiego de mis vecino y nos damos los buenos días como si fuera el último que nos fuésemos a dar, a algunos de ellos ni los conocía antes. Los gatos son los dueños del pueblo, y campan a sus anchas como verdaderos faraones egipcios. Todo es una explosión de verdadera vida. Las perdices han perdido el miedo y cruzan los caminos orgullosas, con una ristra de polluelos recién nacidos, pavoneándose sin ningún tipo de miedo. El mundo es mucho más mundo. Y sentir todas estas cosas y muchas otras, son el consuelo que me hace resistir.

¿Que le estábamos haciendo a la tierra? ¿Porque nos habíamos olvidado de la madre?

Antonio Canales 

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