EL MELOCOTÓN

EL MELOCOTON
Hola: #ángeles de mi #corazón... Soy el #cuenta_cuentos de La #Danza…
/Dedicado a un amigo muy especial/
Cuando llegué ayer a la noble ciudad de Archena, no imaginaba cuanta belleza iba a encontrar por estos parajes de la Vega Alta del Segura. Al bajar del tren su clima mediterráneo; pero hidrocálido, abrazó cada poro de mi piel y sentí el perfume de sus campos frutales haciéndome cosquillas en el columelar de la nariz. Me esperaba un paisano de Cieza con su coche impecable, para trasladarme por estos parajes cómodamente.
Estos valles prehistóricos poseen un rico y vivo patrimonio cultural, del que quedé embrujado al instante y al que me fui bebiendo, con la avidez de un nómada sediento, de un solo golpe... Claro que he estado alguna vez en sus fiestas de San Bartolomé, cuando se recoge al final del verano los famosos melocotones; únicos en el mundo. Pero cuando aquel hombreton, con la piel morena y templada, comenzó a sentirse cómodo con mi visita y casi sin querer dio rienda suelta a sus memorias y empezó a derramar perlas por la boca, yo era ya solo oídos. Y todo ello me confirmó que yo no había conocido nada de nada de este vergel de ensueño.
Con ese acento tan simpático del murciano de esta latitudes, que se comen las eses finales, y que en vez de entonar hacia abajo al acabar las frases, ellos; por el contrario, las impulsan hacia arriba provocando una cancioncilla muy especial y contagiosa que me llevó en armonías por las sendas de la historia. Este acento inconfundible ocurre dada su proximidad con Casilla la mancha y resulta muy agradable y simpático escucharlos.
Mire señor canales: en este vergel frutal lleva trabajando mi familia desde el siglo XIII cuando vivíamos en la impresionante Medina Siyâsa esa que usted ve ahí en la falla del castillo. Yo solté una risita y estuve tentado a preguntarle como se llamaría su tatataratatataraaaaabuelo.
A parte de poblados Iberos y Romanos y demás culturas que avalan mi linaje, fijese usted bien con toda esa descendencia de guerreros y califas el gran cateto que tiene usted delante, eso si; Español hasta la médula y con un corazón de melocotón que no me cabe entre el pecho y la espalda. Y ahí ya subió el tono hasta la Sierra del Oro, y explotamos los dos en carcajadas. Me llevó a comer a un sitio amable y delicioso “El Tarradellas” y me estuvo diciendo que los árboles frutales tienen hojas caducas y que cada uno de ellos tienen un color diferente, tanto en su floración explosiva a finales de febrero como en su caída lenta en el otoño. Que son sus mejores amigos y que los conoce a todos uno por uno. Las hay verdes suave, color azafrán, rosas tibios y rosas furiosos, naranjas y malvas, blancas lechosas y blancas pichón... Esas que usted ve ahí son las del melocotón, y aquellas otras son de las fresquillas y más allá las de las paraguayas, a las que nosotros llamamos chatas.
Como verá aquí de hambre no moriremos, aunque nos bebemos a sorbos el sudor del campo. Porque vivimos cada día mirando al cielo, ya que cada gota de agua es un milagro. Es que si lloviera, como era debido, entonces seríamos una Gentuna casi perfecta. 
... Y así me he pasado dos días inolvidables paseando a las orillas eternas del Segura, visitando asentamientos Iberos, Romanos y Árabes. Castillos y Ermitas de leyendas y hermosas cuevas rupestres llenas de arqueros y ciervos que parecen vivos. Con la cancioncilla de este andoval como hilo musical pegada en mi oreja, provocando las delicias de mi imaginación. Ahora que me encuentro en el balneario donde me ha depositado, acabo de acordarme que nunca me dijo su nombre, solo que le llamara Chato; cosa que no era, pero estoy seguro seguro que se llama Melocotón.
Aprendiendo que la vida puede residir en toda su grandeza en el corazón de un solo melocotón.
Antonio Canales

4 comentarios:

  1. No importa de lo que hables, siempre lo haces con el cariño y la admiración en tus ojos, eres como un niño descubriendo regalos de Navidad.
    He vuelto a leerte mientras desayunaba frente al mar...
    Te quiero y... Lo sabes!

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    1. Te mando en el día de mi cumpleaños toda mi alegría para ti mi Rosa.

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  2. Me encanto cuando escribes al principio "haciéndome cosquillas en el columelar de la nariz." Hicistes que a mí también me pícara la nariz solo con leerlo .

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    1. Hoy es mi cumoleaños, y una de las cosas y regalo más bonitos de este has sido tu mi Beni.

      Siempre adelante mi niño. No olvides nunca que las paradas son solo para coger aliento.

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