SOBERBIA
Hola: #ángeles de mi #corazón... Soy el #cuenta_cuentos de La #Danza…
Hace tan solo sesenta y tantos días que el mundo se paró en seco, como nunca antes en la historia de la humanidad había ocurrido en tales formas y maneras. A todos nos recorrió un escalofrío, tenebroso, en el epicentro de nuestra médula espinal. El miedo y lo incierto se apoderó de cada ser humano, de cada hogar, de cada pueblo y de cada país. El mundo quedó sumergido en un espacio desolado, indefenso y trágico. La ciudades desiertas y apocalípticas flotaban ante nuestros ojos envueltas en una patina onírica e impensable. Se nos rompió el amor de mal usarlo.
Las calles se quedaron huérfanas de vida, como si el visitante extranjero estuviese acechando en cada esquina para demolernos sin piedad. Pasaron los días y las noches llenos de angustias y muerte.
Y ya todo cambió para siempre, pero por lo visto; no para todos.
Los parques se quedaron sin niños. Los juegos el deporte y el arte encerrados entre cuatro paredes. El trabajo dejó de existir y la supervivencia tomó el mando de nuestra existencia.
Sesenta y tantos días tremendos y mortíferos, y en solo dos días de gloria se nos ha olvidado todo. Porque no queremos afrontar la realidad, esa cosa nos asusta demasiado. Porque preferimos seguir culpando al vecino de que este año no hayamos podido ver las cofradías, ni quemar nuestra Fallas, levantar los trofeos de nuestro equipo, o tomarnos unos Rebujitos en la feria de Sevilla. Y hemos vuelto a salir de nuestras cuevas con dos o tres kilos; pero no de grasas, sino de odio acumulado.
Deberemos pensar en tener un “Seguro de Vida” por si nos viniese alguna visita inesperada de este calibre. Para que en ninguna mesa falte el pan, y en ningún hospital las máquinas para curarnos. Quizás de esta forma al salir de nuevo a la vida aprendamos algo.
Las penas con pan, son menos penas.
Antonio Canales
No hay comentarios:
Publicar un comentario