CHINA DIABOLICA

CHINA DIABÓLICA.

Hola: ángeles de mi corazón... Soy el cuenta cuentos de La Danza…

Aquella mañana de invierno partimos hacia una odisea de un viaje al mismísimo centro del Infierno. Fuimos de un país a otro dentro del mismo. Si, así; tal como suena...

Era el amanecer en Hong- Kong, (la Pretty Woman mejor vestida y pagada del Mundo mundial,) y la clásica bruma matinal envolvía sus calles como el halo al santo, dejándote el cuerpo pegado a la ropa cual calcomanía. A esas horas tempranas, con algo de suerte, puedes llegar al aeropuerto en una hora y media. Y así fue como todo el elenco cansado; pero felices y risueños, nos dirigimos desde la China mas Ramera y señora, a la otra China mas timadora y santa. Llegamos a un aeropuerto que ya conocíamos desde nuestra anterior llegada, lleno de luces y lujo; para no desentonar con la reputisima urbe. Y allí todo fue fluido y cómodo, rápido y eficaz...  Embarcamos puntualmente, ya que aquí en Hong- Kong conducir por la izquierda, tomar el te a las cinco y la puntualidad como estandarte para todo, se les quedó como herencia británica entre otras muchas taras.
Todos sentaditos y ordenados esperábamos a despegar con chispas de ilusión en los ojos. Comenzó a pasar el tiempo, sin ningún tipo de explicación por parte de la tripulación, y aquello no arrancaba. Todo era calma, sin un resoplido más alto que otro. El avión lleno hasta la cola era un templo de silencio. Claro está, la mayoría de nosotros caímos  rendidos al instante por el ajetreo de los días anteriores y el horario madrugador del viaje... Cuando abrí los ojos, una voz nos alertaba sin mucha disculpa ni cortesía, que por problemas del tráfico aéreo había aún que esperar algunos minutos más, y que nos darían mientras tanto una comida. Los minutos se convirtieron en dos largas horas de espera, sentados y atados cual gallinas enjauladas. Aquí se acabó de golpe el glamour. La susodicha vianda era un amasijo de arroz pegado y grasiento sobre una carne extraña, servido de mala manera y sin liquido alguno que ayudase a tragar tan apestosa bazofia. La selva de las compras se nos fue quedando muy lejos. Bueno, por fin, después de la espera y el festín, nos anuncian que ya casi estamos listos para despegar hacia nuestro destino  Shanghai... Un viaje de dos horas nacional; se supone, que a nosotros nos costó cuatro horas y media realizarlo. Nada más aterrizar ya nos olimos el disparate. Un cambio de temperatura de veinte grados nos heló los pensamientos. Y se nos contrajeron los pómulos, las frentes y los esfínteres. De repente nos golpeó el crudo invierno. Nos encontramos ante un mastodonte de cemento armado gris, feo y frío, después de cacheos interminables, controles comunistas despiadados y pesados y estupidos y sin sentido. Salimos a la intemperie algo violados y hasta la coronilla, y fuimos andando un buen trecho hasta el autobús cabizbajos y aturdidos. Todo era de un color herrumbroso y sucio... Nada de anuncios, ni colorines, ni de accesorios variados. Todo estaba cortado por el mismo patrón represivo y autoritario. Todos los militares que llevábamos una semana sin ver estaban allí, unos trabajando y otros perdiendo el tiempo miserablemente. Eso si, todos con las barbillas dos palmos por encima de sus marciales cuellos. Y un aire de importancia muy dado en estos pendejos mal nacidos, incultos y racistas y retrógrados y diablos. Lo peligroso de esta China cruel, es que de los 1400 millones 400 son militares descarados y mal pagados por este gobierno luciferino. Todos hijos primogénitos del papa Mao; Dios no lo tenga en su santa gloria. En el autobús rompimos como locos a cantar y a bailar por Bulerias con euforia, creo que era la manera de manifestarnos contra todo aquello... En esta ciudad fea y angustiosa, húmeda, represiva y con los índices de polución más elevados del planeta, mal viven hacinadas 23 millones de almas, la mitad de España. Es la Carcel urbana más grade de la galaxia. Claro, está, que a mar revuelto ganancia de pescadores. De eso se aprovechan los dirigentes de aquí, los más corruptos que puedan existir. Nos ganan por goleada a nosotros los españoles; que ya es difícil... Ellos son cuarenta veces más, y veinte veces más grande que el territorio nuestro. Si ya es casi una quimera poner de acuerdo a 40 millones, os podéis imaginar lo que es que se pongan de acuerdo 1400¿..?.... Así, que todos como borregos, sin rechistar, a comer del pasto que se les antoje a los diablos de este gobierno con tan poquísima vergüenza y tan mala catadura. No hay otra alternativa... La siguiente es que te dan un tiro a la primera de cambio y se quedan tan a gusto. No hay internet libre. No hay ventanas al exterior. No hay dignidad. No hay ganas de vivir. No hay esperanza. Quiero salir de aquí lo más antes posible. Detesto este infierno de país, si es que se le puede llamar así a esta cochambrosa pocilga.

Dios bendiga a todos los seres buenos que sufren esta maldita represión. Ojalá mis ojos algún día vieran brillar el sol sobre estas milenarias tierras. Pero me temo que eso va a ser muy difícil...


Antonio Canales

5 comentarios:

  1. Japón me atrae desde hace mucho, China me produce un gran rechazo. No me gusta, no me convence. Lo único que me place de ellos es su arte milenario. La chiná actual juega a ser "chachi guai" pero la veo perversa. Mi niño te pido perdón, te he dejado de leer (gran pecado!) Hemos tenido una temporada... Ya te contaré. Te prometo no volver a hacerlo y continuar mis visitas a tu maravilloso blog. Te quiero, besos a millones

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    1. No importa mi Rosa. Yo sé que siempre estás ahï... Te mando muchos besos.

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  2. alex Leonard amaya17 de enero de 2019, 2:50

    Señol Ale leonal su puelta de embalque es la 666 diligase a ella..... Y una tostada con papas me voy para Triana.....�������� Hago ironía pero que lastima de país y su gente bajo Mao

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