PARÍS

PARÍS

Hola: ángeles de mi corazón... Soy el cuenta cuentos de La Danza…

Viajar a París durante la Pascua, significa llegar a la ciudad del amor en la época más bonita del año: Primavera; aunque llueva mañana, tarde, noche y madrugada. Los jardines deberían estar en todo su esplendor, pero este año aún siguen pintados de invierno. Y los famosos y entrañables huevos de pascuas, pasados por agua, se deshacen escondidos bajo los parques de la ciudad. Eso sí, las vitrinas de las pastelerías son un sueño de chocolate y azúcar, a cual mas adornada y apetitosa. Y el clima tendría que ser perfecto para sentarse en una terraza soleada, aunque esta Pascua mejor buscar un lugar algo más resguardado y olvidarse, por completo, de las terrazas y mucho menos soleadas. 

En estos principios de primavera, París festeja la Pascua de una manera muy familiar y musical y llena de dulzura. Nada de sangre, ni martirio, ni lágrimas, ni corazones encogidos... Las campanas suenan alegres en los jardines, aunque este año están teñidas de melancolía... No dan ganas de salir a pasear; que ya es difícil en París, y donde se disfruta el momento de relajada y deliciosa manera: no es con la búsqueda de huevos de pascua entre los jardines, ni pisando los charcos en Montmartre para romper la luna en ellos, donde se disfruta el mejor momento es en casita con las velas, los conejos, la música suave, los huevos en el frutero, un buen vino tinto y una grata compañía. Ir a medio día a tomar el Brunchs a la Coupole, y no pederse las celebraciones majestuosas en Notre-Dame y en el Sacré-Cœur, o en santa Chapelle...

La ciudad no se detiene durante la Semana Santa, al contrario; en esta fecha se multiplica la humanidad, y es un hervidero de gente de todos los colores, edades y culturas. Entre las tradiciones más arraigadas de la época, está la de regalar chocolates a los niños; esa es una de las más populares, aunque el pequeño sea de Singapore y viva en el año de la cebra. No importa de donde vengas, en estas fechas a París todo el mundo vive la Pascua.

La comida más especial de estos días es el almuerzo, la gente sale ansiosa por las calles buscando donde y cuándo, y es la ocasión perfecta para la cual toda la familia se reúne. También puede ser un Brunch; como he dicho antes, y si no es en la famosa Cupole, puedes comprar los ingredientes o la comida lista en alguno de los mercados parisinos y entonces, sentarte en algún café y disfrutar de una comida gourmet de Pascua a tu manera y sin complejos.

Hoy me fui a Louvre, sin tiempo, caminando a orillas de la Senna bajo una lluvia torrencial, que al caer con tanta fuerza sobre el río parecía que saltaban sardinas.  Y allí me perdí todo el día, en el museo, con los ojos como platos y la lengua pegada al paladar. Cuando salí del maravilloso antro era de noche y ya no llovía. 
Deje que mis pasos cansados me llevaran a su tiempo hasta el portal de mi casa, y en el trayecto me acordé de Sevilla, suspiré unas cuantas veces, y me dije: que diferente es la Pascua en cada sitio... Eso sí, hay una sola cosa que también tenemos en España, es que el Jueves Santo, las campanas de las iglesias y catedrales de París se mantendrán en silencio durante todo el día, pero después, el viernes, volverán a repicar con toda su fuerza, algo es algo.

Antonio Canales


4 comentarios:

  1. Alex Leonard amaya29 de marzo de 2018, 8:15

    Te decia que tenemos ganas de visitar Paris Juani y yo y hoy ya ves leyendote y paseando a tu lado por esas calles y maravilloso Louvre con su fantasma Belfegor pasear bajo la lluvia y mas en Paris es otro planeta el Del Cuenta Cuentos fe Triana Pura canasto de Besicos Antonio

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    1. Siii mi amigo, París es la única ciudad que aún con lluvia es la Dama más Bella sobre la faz de la tierra. Un Container de besicos.

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  2. Que bonitoooooooo. Cuanto me ha gustado! Y aunque haya sido a través de la lectura...he podido pasear y platicar bajo la lluvia contigo por París. Que de recuerdos de amor, de pasión, de ternura he vuelto a revivir, incluso he sentido el aroma del césped de los jardines...Me he sentado en un banco du Parc Monceau y te he leído alli. Gracias por algo tan bello hecho Cuento. Te quiero en Paris, en Sevilla, en Madrid...Miles de besos mi Antonio.

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    1. Si mi Rosa, París es un cofre lleno de piedras preciosas y ungüentos para el alma siempreeeee. Te quiero niña.

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